En 2014 nos encontramos de nuevo con que las previsiones de crecimiento mundial se tuvieron que ir revisando a la baja, dado el decepcionante comportamiento que observaron tanto las economías emergentes como la mayoría de los países más desarrollados.

Las consecuencias de la crisis financiera mundial siguieron pesando sobre el crecimiento y, al mismo tiempo, surgieron nuevos desafíos; entre ellos, conflictos geopolíticos como el vivido en Ucrania, la epidemia del virus del ébola o la caída del precio del petróleo, aparecidos en el primer semestre pero que impactaron a nivel global en la segunda mitad del año. Los países llamados a impulsar la economía mundial presentaron un comportamiento desigual. India y Brasil celebraron elecciones generales con resultados distintos: el nuevo primer ministro indio, Narendra Modi, consiguió revitalizar las relaciones internacionales y modernizar la imagen del país, mientras la reelección de Dilma Rousseff no disipó las dudas sobre el futuro de Brasil. China afrontó reformas estructurales que parecen racionalizar su vigoroso crecimiento de años atrás y la economía rusa vivió un ejercicio especialmente convulso debido al impacto de la caída del petróleo y las sanciones internacionales a raíz del conflicto en Ucrania. Estas sanciones no solo afectan directamente a Rusia y su zona de influencia sino también, no lo olvidemos, a sus relaciones comerciales con la zona del euro, que ralentizó su crecimiento.

A nivel macroeconómico, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala cuatro factores como determinantes en el ejercicio 2014:

  • Primero. La caída de los precios del petróleo -especialmente en el último trimestre del año (-55% entre septiembre y diciembre)-, a causa de la debilidad de la demanda de algunas grandes economías y de la decisión de la OPEP de mantener los niveles de producción para, bajando el precio, contrarrestar el efecto de la producción mediante la técnica de fracking, desarrollada a gran escala en Estados Unidos para consolidar su independencia energética.

  • Segundo. El comportamiento dispar entre grandes economías. Por un lado, asistimos a una vigorosa recuperación en Estados Unidos, Reino Unido y España, que crecieron por encima de las previsiones; por otro, China, Rusia, el conjunto de la zona del euro o Japón tuvieron que revisarse a la baja.

  • Tercero. La apreciación del dólar frente al euro y otras monedas en el último trimestre, al combinarse el fin del estímulo monetario en los Estados Unidos con la política del Banco Central Europeo. Asimismo, a consecuencia de la caída de la demanda de las materias primas, se debilitaron las monedas de muchos mercados emergentes.

  • Cuarto. El incremento de las tasas de interés y el aumento de los diferenciales de riesgo en las economías emergentes –sobre todo, en los países exportadores de materias primas–; que tuvieron un impacto significativo en los bonos de alta rentabilidad y en otros productos financieros expuestos a los precios de la energía.

En este contexto, el comercio mundial se recupera muy lentamente: en 2014 el volumen del comercio de mercancías creció únicamente un 2,8%, por debajo de la evolución del PIB mundial (3,4%) y acumulando, según la Organización Mundial del Comercio, un “decepcionante” incremento medio del 2,4% en los tres últimos años. Este indicador parecería confirmar que se hubiera detenido la inercia de la globalización de hace apenas una década.

Aunque ya antes de la crisis el crecimiento potencial de las economías avanzadas estaba disminuyendo, conforme pasan los años otros factores de carácter estructural, como el envejecimiento de la población o el estancamiento de la productividad, siguen actuando como lastre. De forma análoga, en los mercados emergentes también afloraron factores como la caída de los ingresos y el menor aumento de la productividad, que se están combinando para reducir significativamente el crecimiento potencial en el futuro. El deterioro de las perspectivas conduce, a su vez, a recortes del gasto y a una ralentización de las respectivas economías. En consecuencia, no es de extrañar que los principales organismos internacionales hayan moderado también sus expectativas para 2015 y 2016.

En cuanto al Grupo Roca, podemos considerar que el ejercicio 2014 ha sido muy positivo. Nuestra cifra de ventas total alcanzó los 1.646 millones de euros, casi un 5% más que el año precedente y el mejor registro desde 2008, cuando el impacto de la crisis económica todavía no había afectado al negocio en nuestros mercados domésticos.

Este incremento en ventas es resultado de un notable esfuerzo de toda la organización. Los equipos comerciales han intensificado su presión en los diferentes canales y han seguido fortaleciendo los acuerdos vigentes con la distribución y propiciando otros nuevos. El trabajo de las unidades de Marketing, en coordinación con Diseño, Producción y Logística, ha permitido ampliar la oferta en los diferentes mercados. En este sentido, cabe destacar una labor intensa en el campo de la innovación y el desarrollo industrial, que han hecho posible un muy notable incremento en el lanzamiento de productos competitivos y soluciones innovadoras en todas las categorías.

EL NEGOCIO ESTÁ PROGRESANDO PARA COMPETIR EN UN ENTORNO DE GRAN COMPLEJIDAD E INCERTIDUMBRE. LAS REFORMAS EMPRENDIDAS CONFORMAN UNA ORGANIZACIÓN MÁS CAPAZ Y, SOBRE TODO, MÁS ÁGIL PARA ADAPTARSE

Hemos ganado cuota de mercado en la práctica totalidad de los mercados claves para el Grupo, que corresponden tanto a países desarrollados (península Ibérica, Europa Central) como a economías emergentes (Brasil, Rusia, China, India y sus áreas de influencia). Sin embargo, la falta de reactivación de la economía implica una mayor presión sobre los precios que tiene efectos sobre nuestra rentabilidad. En los países desarrollados, la competencia es feroz y la falta de recuperación de la construcción de vivienda nueva provoca que estemos todavía en una situación de exceso de oferta. Por su parte, los países emergentes no están creciendo a una velocidad que permita el incremento de calidad de vida de grandes masas de población que pudieran demandar productos de mayor valor añadido.

Como se recoge más adelante en esta memoria, el resto de indicadores principales también marcan una evolución positiva. El EBITDA se mantiene en el 13,4% sobre la facturación y el resultado neto arroja una cifra de 53 millones de euros, similar al año anterior a pesar de que, en 2014, la cantidad satisfecha en concepto de impuesto de sociedades fue más del doble. Alcanzamos estos resultados pese a la devaluación de la mayoría de las monedas respecto del tipo de cambio del euro (depreciación del peso argentino en más de un 30%, del rublo ruso en un 17%, del real brasileño en un 8% o de la rupia india en un 4%) y, muy significativamente, de la paralización de la economía brasileña y el desplome de la rusa. Tanto es así que, excluyendo el efecto de los tipos de cambio en la consolidación de las operaciones exteriores en euros, la cifra de negocios presentaría un crecimiento en términos reales del 9,8%, hasta los 1.726 millones de euros, el segundo mejor resultado en la historia del Grupo.

En el capítulo de la solvencia seguimos mejorando los ratios, lo que nos permite gozar de la confianza de las entidades bancarias que no dudan en ofrecer capital para nuestro proyecto empresarial. De tal forma que, en diciembre de 2014, firmamos una renovación anticipada del crédito sindicado por un total de 375 millones de euros en condiciones ciertamente favorables.

En resumidas cuentas, la ejecutoria de 2014 parece que confirma que volvemos con paso firme sobre la senda del crecimiento y la rentabilidad, manteniendo una estructura financiera basada en una combinación prudente de fondos propios y financiación externa.

EL “SISTEMA ROCA” ALINEA LOS VALORES Y PRINCIPIOS DE LA EMPRESA FAMILIAR CON LAS NECESIDADES E INQUIETUDES DE SUS CLIENTES. ESTA MANERA DE HACER NEGOCIOS ES DISTINTIVA, Y CONOCIDA Y RESPETADA EN TODO EL SECTOR

Con permiso de la incertidumbre económica mundial, esta tendencia positiva nos aporta –si cabe– mayor confianza para seguir invirtiendo, uno de nuestros principales rasgos de identidad. En 2014 las inversiones alcanzaron los 122 millones de euros, destinados a mejorar y ampliar nuestras capacidades productivas. Destacan la instalación de una nueva línea en Brasil para la fabricación de cerámica plana con la tecnología de porcelánico técnico y ampliaciones de la capacidad en India, Malasia y China, enfocadas a atender el crecimiento de la actividad en sus propios mercados. También se han llevado a cabo diversas operaciones de adquisición: dos de ellas destinadas a aumentar la presencia comercial en mercados del norte de Europa y Australia, así como la adquisición de un proveedor en la India y, por último, la ampliación de la participación en dos sociedades ubicadas en España y Egipto, que ha supuesto tomar el control y la gestión de ambas.

Consideramos pues que el negocio está progresando para competir en un entorno de gran complejidad e incertidumbre. Las reformas emprendidas están conformando una organización más capaz y, sobre todo, más ágil para adaptarse.

A escala global, asistimos a la aceleración de las grandes tendencias que marcan la evolución del sector y que podríamos resumir en tres puntos:

  • Concentración de grandes grupos industriales, para ganar masa crítica, recuperar solvencia y adquirir know-how.

  • Impulso a la innovación: mayor peso de la electrónica en el producto, desarrollo de nuevos materiales, soluciones más higiénicas y ecológicas, y simplificación de instalaciones.

  • Divergencia en la estructura de la demanda: la pervivencia de los canales tradicionales a escala local convive con la consolidación de los grandes distribuidores de ámbito transnacional.

Como el lector podrá comprobar más adelante en esta memoria, el Grupo ha realizado importantes progresos en cada uno de los tres ámbitos arriba mencionados. En efecto, 2014 ha sido un intenso año de consecuciones: en la aceleración de la penetración en mercados clave en los que no teníamos presencia mediante acuerdos de diversa índole con distribuidores estratégicos; en la optimización de la estructura industrial y su funcionamiento coordinado; en la reducción del time-to-market; o en el lanzamiento de nuevos productos y soluciones auténticamente innovadoras.

Para ser competitivos en un entorno tan amplio, heterogéneo y cambiante, nuestra estrategia pasa por saber conciliar eficiencia y flexibilidad, que son el verdadero motor para la expansión de la compañía. Solo si mantenemos los mejores indicadores de eficiencia, pero producimos y gestionamos con flexibilidad, seremos capaces de trasladar una propuesta de valor ganadora a los diferentes mercados y aprovecharemos más oportunidades.

Por sofisticado que llegue a ser el mercado, por mucho que avancen la técnica y las comunicaciones, y las sociedades de todo el mundo converjan –a diferente velocidad– en sus preferencias respecto del cuarto de baño, creemos que siempre se dará un requisito imprescindible para operar con éxito en este sector: la visión de largo plazo. El Grupo Roca es una corporación industrial de origen familiar que ha creado un “sistema” desde sus países de origen en Europa y lo ha ido extendiendo por todo el mundo. Un sistema que alinea los valores y principios de la empresa familiar –su irrenunciable vocación emprendedora– con las necesidades e inquietudes de sus clientes. Esta manera de hacer negocios –responsable, basada en la proximidad y la confianza– es distintiva, y conocida y respetada en todo el sector.

Creemos en el concepto de creación de valor compartido para dotar de estabilidad a todas nuestras relaciones. Lo que llamamos “Sistema Roca” tiene vocación de extenderse porque aporta valor y preserva la completa libertad de todos sus integrantes, que participan en mayor o menor medida según los acuerdos alcanzados y sus propios intereses. Arquitectos, interioristas o decoradores, promotores, distribuidores, proveedores, diseñadores, ingenieros, empleados y accionistas formamos parte de un conjunto complejo, pero cohesionado y flexible, que busca siempre la prosperidad.

A todos ustedes, integrantes de este sistema de hacer las cosas y que comparten una visión empresarial basada en el esfuerzo, la lealtad y la ética, tenemos el honor de trasladar, una vez más, nuestro más sincero agradecimiento.